Receta indispensable en cualquier
biblioteca repostera, de textura aterciopelada combina maravillosamente el suave sabor de la
vainilla con un puntito de
cacao. Además, el rojo intenso de estos
cupcakes le añaden un toque de romanticismo ideal para estas fechas.
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Buttermilk:
Para elaborar la
buttermilk, mezclaremos 240ml. de leche con una cucharada de
vinagre blanco o
zumo de limón.
Veremos que la leche se va cortando, es normal. Luego, le añadimos el
colorante rojo, el pasta o gel, nunca líquido porque no conseguiríamos la intensidad de rojo necesaria. Yo suelo usar el
Extra Red de Sugarflair.
Lo prepararemos más o menos 30 min antes de preparar nuestra receta para que el color rojo suba de intensidad.
Veréis que al mezclar el colorante nos queda un tono rosáceo, pero a medida que pasa el rato, el color va subiendo de tono hasta llegar al rojo intenso.
Los Cupcakes:
- Precalentar el horno a 160-180 ºC, arriba y abajo, sin aire.
- Prepararemos nuestra bandeja para
cupcakes con las
cápsulas que vayamos a usar.
- Tamizar la
harina, el
bicarbonato, la
sal y el
cacao y
reservar.
- En un bol batir los
huevos hasta que tripliquen su volumen.
- Sin dejar de batir, añadimos el
azúcar
- Ahora añadimos el
aceite muy poco a poco, en forma de hilillo, como si hiciéramos mayonesa.
- Bajamos la velocidad de nuestra
batidora y añadimos la
buttermilk.
- Una vez está todo integrado, sacamos de la batidora y incorporamos a mano los ingredientes sólidos que antes hemos tamizado. Si tenemos un
KitchenAid o similar, podemos usar la pala K a la mínima velocidad para incorporar la harina, pero no deberemos batir en exceso, sólo hasta conseguir que toda la harina se humedezca y se incorpore a la masa.
- Con ayuda de un par de cucharas repartimos la masa en las
cápsulas de papel, y horneamos unos 15 min. o hasta que al pinchar un palillo o
cake tester salga seco.
- Retirar la bandeja del horno y dejar reposar los
cupcakes unos 5-10 min. antes de sacarlos de la bandeja. Pasado este tiempo, los sacaremos del molde con cuidado de no quemarnos y los dejaremos enfriar completamente sobre una
rejilla, si no, las cápsulas podrían humedecerse y despegarse los papelitos de nuestros cupcakes.
- Una vez estén completamente fríos, ya podremos decorarlos
Personalmente, estos
cupcakes me encanta decorarlos con un
frosting de queso, como la
crema de Mascarpone, aunque también combinan divinamente con una
Swiss Meringue Buttercream (SMB) básica de vainilla, que requiere una elaboración algo más compleja que una
Buttercream pero es bastante más ligera.
Si los acompañáis de cualquier crema de queso, tened en cuenta que deberéis consumirlos enseguida o guardarlos en la nevera para que la crema no se agrie.